Mi Nombre es Nadie
... Y perdona por lo del Tuteo
Schumacher puede ser muy campeón,
pero es detestable
Por Jorge Enrique Abello
Michael Schumacher, nunca, créeme, nunca serás un Rolling Stone, así pilotees un Ferrari a 350 km/h. Si Andy Warhol te hubiera conocido, hubiera serigrafiado tu versión pop en marrón. Sí, eres el campeón, de acuerdo, seis veces campeón, vale, le hiciste morder el polvo a Fangio, me lo aguanto; rompes estadísticas en cada carrera y luego das declaraciones a la prensa en tu inglés “British” de niño educado, lo acepto; tienes lo que los entendidos llaman “suerte de campeón”, pero pasarás a la historia, por lo menos para mí, como el campeón más aburrido de todos los tiempos, eso sin contar con que le ganaste a Montoya (el sí con sangre en las venas, no con “chucrut” como tú), rebasando en bandera amarilla sin ser penalizado. Mi querido Michael, no confío en ti, no puedo confiar en alguien que juega partidos de beneficencia y corre a toda mierda, como si estuviera apretando un fríjol con las nalgas. Si David juega fútbol adornando su trasero con los calzones de Victoria, yo estoy seguro que tú lo haces con el corsé de tu abuelita.
Eres un largo bostezo en la tarde después de una sopa de calabaza. Estoy seguro que en tu intimidad y cuando nadie te ve, mientras caminas por el cuarto de un hotel cualquiera, con tu andar sonámbulo y estacado, te embelesas oyendo al Julio Iglesias de los teutones, que gracias a Dios no canta, pero eso sí a punta de salticos roedores y varias horas de champú y secador, se dedica a torturar al pobre de Strauss con sus valses de satín rosado. A todo volumen debes poner a André Rieu, mientras se te va la mirada y se te escurren las medias de nailon que llevas apretadas hasta las rodillas. Algún día te producirán várices y, atestado de euros, en una isla del Caribe las mostrarás sin pudor, adornado de unas buenas chanclos azul fosforescente como para parecer un lugareño más, mientras tu última “ experiencia antropológica” te acaricia la espalda al compás de Richard Clayderman, que estoy seguro es otro de tus preferidos.
Dale gracias a Ayrton, que se fue antes de tiempo, a Enzo que se inspiró y al dueño de la Fórmula 1, que es capaz de hacer llover con tal de que tus llantitas Bridgestone, que sólo sirven en el agua anden más rápido que las de Montoya, que ese sí y para que lo vayas sabiendo, es un “varón” no “rojo” como tú Schumi, sino un varón de los de verdad. Además quiero contarte que, “Schumi” por estos lares es un marrón o rulo que se ponen las señoras en la cabeza para el pelo.
Tú, Mickey eres el Mouse de Europa, y vas caminando por la vida de la mano de Walt Disney, porque ganaste la Indianápolis, una fantasía que ni yo me creo.
Debes estar aún riéndote a mandíbula batiente (para eso la tienes bien grande), de Montoya y Kimi, pero quiero que sepas algo, desde acá, desde un lugar que jamás conocerás, donde tus adenoides nunca se maltratarán por la contaminación, desde este continente inventado y amañado por el tiempo, repleto de sudacas morenitos pero valientes, quiero decirte que eres el tipo más ABURRIDO que he conocido en mi vida, te escapaste del museo de cera de Madame Tussaud y, que cuando recibas los laureles por el sexto título va ser tan jarto como un partido de Scrabble en un internado de monjas. Michael Schumacher, has hecho de la adrenalina de la Fórmula 1, un desabrido y melancólico jugo de apio.
©2 0 0 3 Revista Rolling Stone Colombia Octubre 2 0 0 3
Por Jorge Enrique Abello
Michael Schumacher, nunca, créeme, nunca serás un Rolling Stone, así pilotees un Ferrari a 350 km/h. Si Andy Warhol te hubiera conocido, hubiera serigrafiado tu versión pop en marrón. Sí, eres el campeón, de acuerdo, seis veces campeón, vale, le hiciste morder el polvo a Fangio, me lo aguanto; rompes estadísticas en cada carrera y luego das declaraciones a la prensa en tu inglés “British” de niño educado, lo acepto; tienes lo que los entendidos llaman “suerte de campeón”, pero pasarás a la historia, por lo menos para mí, como el campeón más aburrido de todos los tiempos, eso sin contar con que le ganaste a Montoya (el sí con sangre en las venas, no con “chucrut” como tú), rebasando en bandera amarilla sin ser penalizado. Mi querido Michael, no confío en ti, no puedo confiar en alguien que juega partidos de beneficencia y corre a toda mierda, como si estuviera apretando un fríjol con las nalgas. Si David juega fútbol adornando su trasero con los calzones de Victoria, yo estoy seguro que tú lo haces con el corsé de tu abuelita.
Eres un largo bostezo en la tarde después de una sopa de calabaza. Estoy seguro que en tu intimidad y cuando nadie te ve, mientras caminas por el cuarto de un hotel cualquiera, con tu andar sonámbulo y estacado, te embelesas oyendo al Julio Iglesias de los teutones, que gracias a Dios no canta, pero eso sí a punta de salticos roedores y varias horas de champú y secador, se dedica a torturar al pobre de Strauss con sus valses de satín rosado. A todo volumen debes poner a André Rieu, mientras se te va la mirada y se te escurren las medias de nailon que llevas apretadas hasta las rodillas. Algún día te producirán várices y, atestado de euros, en una isla del Caribe las mostrarás sin pudor, adornado de unas buenas chanclos azul fosforescente como para parecer un lugareño más, mientras tu última “ experiencia antropológica” te acaricia la espalda al compás de Richard Clayderman, que estoy seguro es otro de tus preferidos.
Dale gracias a Ayrton, que se fue antes de tiempo, a Enzo que se inspiró y al dueño de la Fórmula 1, que es capaz de hacer llover con tal de que tus llantitas Bridgestone, que sólo sirven en el agua anden más rápido que las de Montoya, que ese sí y para que lo vayas sabiendo, es un “varón” no “rojo” como tú Schumi, sino un varón de los de verdad. Además quiero contarte que, “Schumi” por estos lares es un marrón o rulo que se ponen las señoras en la cabeza para el pelo.
Tú, Mickey eres el Mouse de Europa, y vas caminando por la vida de la mano de Walt Disney, porque ganaste la Indianápolis, una fantasía que ni yo me creo.
Debes estar aún riéndote a mandíbula batiente (para eso la tienes bien grande), de Montoya y Kimi, pero quiero que sepas algo, desde acá, desde un lugar que jamás conocerás, donde tus adenoides nunca se maltratarán por la contaminación, desde este continente inventado y amañado por el tiempo, repleto de sudacas morenitos pero valientes, quiero decirte que eres el tipo más ABURRIDO que he conocido en mi vida, te escapaste del museo de cera de Madame Tussaud y, que cuando recibas los laureles por el sexto título va ser tan jarto como un partido de Scrabble en un internado de monjas. Michael Schumacher, has hecho de la adrenalina de la Fórmula 1, un desabrido y melancólico jugo de apio.
©2 0 0 3 Revista Rolling Stone Colombia Octubre 2 0 0 3
(texto extraído de http://yosoybettylafea.altervista.org/schumi.htm)
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